viernes, 27 de septiembre de 2013

Voy a ser clara: no me arrepiento. En ese momento, estoy segura que tenía ganas de hacerlo. Nadie me obligó, yo elegí. Tal vez no era el mejor punto final. Puede que haya ido contra mis principios una vez más. Pero fue lo que pasó. Eso que nos juntó un par de veces (que no califica para decir 'nuestro', 'nosotros', ni nada que signifique una unidad formada por vos y por mí), ya estaba terminado hacía mucho. Esa vez que rogué que desaparezcas de mi vida, lo decía de verdad. Después el tiempo se llevó el rencor y fue por eso que no me molestaba tu existencia. Pero ya hacía bastante que habías perdido tus beneficios, tus privilegios y tu exclusividad. Dejaste de ocupar ese lugar hace un tiempo. Sé exactamente qué te hizo perder todo lo que tenía para vos. Yo voy a ser la debilidad de mi hombre. No voy a ofrecer, lo que tanto me cuesta, a un flaco que su debilidad es alguien más. Tan sencillo como eso. 
Culpa? No estoy segura de haberla sentido alguna vez. El problema es lo que me hago a mí, eso es lo que me hace pensar. Por el resto, estoy absolutamente segura que no me equivoqué. Lo viste bailar? Dios mío, eso sí que genera debilidad. 
Y Santi dijo algo muy inteligente: 'Que se lo pierda por gil'. 
:)

No hay comentarios: