Por supuesto que me contradigo. Esa es una de las características más características (valga la redundancia) de una persona. Que con el paso del tiempo, alguien deje de pensar eso que hacía menos de un mes había defendido con uñas y dientes, es algo normal.
Lo de ‘ojo por ojo; diente por diente’ me genera un problema importante (espero que no me pase sólo a mí). Hay días en los que me levanto y quiero escupir al que me escupió, invadir al que me invadió y hasta traicionar al que me traicionó. Y el perder horas pensando el cómo de la ‘venganza’ es el plan para esas noches.
Hoy por ejemplo, me levanté distinta. Creo que el que me lastimó, va a perder eso que ganó destrozando mi interior, sin que yo mueva un dedo. Ó que ese que festejó mi derrota, va a tener lo que se merece. Y ahí está el tiempo. Eso tan importante que arrasa con todo y todos. Hoy parece estar de mi lado; mañana, seguramente, diga todo lo contrario.
sábado, 14 de febrero de 2009
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