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Me tildan de asquerosa. De pendeja de mierda, forra, falsa. Cuánto se equivocan. Tengo mil y un errores... tal vez más. Pero sé que calidad de persona soy. Tengo muchas heridas que nunca me animé a compartir. Con NADIE en mi vida, nunca, jamás. Y esas, me las llevo conmigo a todos lados. 

Últimamente me sentí demasiado incómoda conmigo. Nada de lo que hacía, lo hubiese hecho en otro momento. Perdí principios y valores, uno a uno. Me rodee de gente que no quería cerca. Me aburrí de mí y fui otra persona. Sin darme cuenta, que eso iba a hacerme mucho peor que tener un par de discusiones internas para empezar a divertirme. Ahora me acomodé, un poco.

Solamente necesito tiempo conmigo. Pensar, analizar y confirmar que estoy yendo para donde quiero ir. Darme cuenta que no querer ser como los demás, no está tan mal a veces. Hoy no tengo la capacidad de escribir con coherencia. Hace mucho que no lo logro. Tengo la cabeza en otro lugar, en cualquier otro lugar del mundo. Menos acá. 

Que lindo es irme con mi cabeza al lado suyo, al futuro. Me voy, siempre me voy. Y un día, no voy a volver.