Es hermoso ver como alguien valora lo que antes no valoraron. Como alguien sabe descubrir y halagar lo que otros jamás vieron. Es tan fácil como una sonrisa. Tan sincero como una mirada. Con eso basta. Y por lo menos a mí me hace entender que no tengo que esperar algo de alguien que no quiere ni puede. Solamente saber recibirlo de la persona que demuestra saber qué quiere. Eso es la felicidad, esas cosas chiquitas y enormes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario