De un día para el otro puede cambiar todo. Puedo estar tan deprimida como nunca lo había estado. Me pasa. Pero nadie lo entiende. Solamente necesito mi espacio. Son esos días que con decirme cualquier estupidez puedo irritarme como si me hubieses traicionado cruelmente, o algo por el estilo.
Y suelo ser ‘la pelotuda’, sí. Pero me la aguanto. No puedo ser perfecta. No soy ella. Es una pena que no hayas tenido dos iguales. Y ya no tengo ganas de superarme. Ya no tengo ganas de intentar ser mejor. No se entiende, ya lo sé. Sería más fácil luchar todos los días por demostrarle al mundo que puedo ser mejor. Pero realmente no tengo ganas. No es que quiera ser reiterativa o redundante. Pero NO TENGO GANAS. Si no me aceptan, no los puedo obligar.
Extraño cosas que tuve y perdí. Y necesito no perder esto que tengo ahora. No tengo ni ganas de escribir. Yo así no quiero seguir, nada más que eso. Hasta ayer era feliz con todas las letras. La depresión sin motivo del lunes me arruinó lo que tenía todas las de ganarse el título al ‘fin de semana largo perfecto’.
Creo que no redacté nada bien, creo que nada tiene sentido.
15/Junio/2009
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