miércoles, 24 de junio de 2009

Cómo se sigue? Duele más que nunca. Realmente es eso lo que pensás de mí? Realmente no sos ni un poquito diferente a todo el resto? Te estas dejando llevar por lo mismo. Para mí esas putas seis letras que, en teoría, establecerían más códigos, no me interesan. No necesito del cartelito para saber que puedo y que no puedo hacer. Que debo y que no debo hacer. Pero lo que es mucho más importante: ese cartel del orto, no cambia en lo que yo quiero o no quiero hacer. Parece que no lo entendés. Ya no sé que tengo que hacer.
Sabés que es lo peor? No estás valorando absolutamente nada de lo que hago. Pero NADA. Y ya me había dado cuenta de eso. Si yo lloro, no es porque te estoy tomando el pelo. Pero como buen hombre que sos, estás convencido que lo hago para despreciarte. Te sentís poco hombre? Una lástima.
‘No sos una nena’; no dejás de decirlo. Y si te lo crees vos también un poquito? Y si dejás de pensar que voy a hacer todas esas cosas que una nena haría? Y si dejás de ponerte celoso de lo que jamás va a robarte nada? HOLA, si estoy con vos… por qué mierda tenés que pensar que voy a ir a buscar por otro lado? Yo no soy así, todavía no me conocés. Y aunque me duela todo lo que me duele, sos vos el que hace eso. Sos vos el que cuando está mal, cae en la infidelidad. Y entonces? Que tengo que pensar? Te das cuenta como duele? No era la idea. No tengo ganas que nada me duela. Tenías razón, no iba a ser todo como al principio. Pero que necesidad de hacernos pasar por esto?
Te quiero muchísimo. Y sos el que me hace feliz. Pero me está costando mucho.

No hay comentarios: