martes, 12 de mayo de 2009

Debe ser la locura de este amor imprudente que me ata sin cura a tu falda inocente. Que me mantiene a oscuras el delirio inminente, de cambiar tu figura por otra diferente. Me amarré a tu cintura, y aunque hable la gente: no te cambio por nada. Si conozco un buen día una dama exquisita, frenaré la osadía de ofrecerle una cita. Si cabalgo el tranvía de esta vida finita, no comparto mi almohada aunque nada me quita. Tengo el alma adiestrada, y aunque el ego me invita: no te cambio por nada.

1 comentario:

Mauri dijo...

Será que estoy haciendo bien en hacer esto? En buscar siempre algo tuyo donde menos lo puedo encontrar? No se si es lo correcto, se que me mantiene sonriendo. Será lo que importa? Será por mucho tiempo? Nunca imaginaste esto, que yo escriba algo acá, no se si lo querías, pero acá está. Si no lo queres, lo borrás o nada más tenes que decirlo y no se volverá a repetir. Que cosa de locos no? Volverme a embobar después de tanto tiempo.. Que dure lo que dure, pero gracias por hacerme acordar de ese sentimiento. Mauri