Las vísperas de feriado tiene algo muy particular: la depresión en inminente. En mi caso, por lo menos, sé de antemano que voy a pasarla como el orto al otro día. Que voy a tener la bipolaridad a flor de piel. Me levanté pensando que las cosas estaban bien. Cambié de opinión cuatro veces en las pocas horas que estuve despierta. Creo que está bien, que tengo que disfrutar. Después estoy convencida de que no tengo ganas de renegar. Que no voy a tener ganas de seguir esperando. Hace un año estuve donde estás ahora, no tengo paciencia. No puedo tenerla.
A veces tengo ganas de que me dejen en paz. Lo pido, me arrepiento, me arrepiento de haberme arrepentido y termino enojándome conmigo. Ya no tengo forma de responderle a tus 'jajaja'. Ya se me terminaron las excusas para que me hables. Ya no tengo más nada para darte, nada para enamorarte. Soy una loca de mierda, que no soporta no ser elegida. Soy una pendeja del orto que lo único que quiere es que seas suyo. Todas esas hijas de puta conviven en mí. Te aman, te odian, te subestiman, te idealizan. Hacen todo, porque están para eso. Ya no quiero más esta película.
Si te vas a ir, andate de una vez.
Si solamente vas a aparecer algún que otro fin de semana, dejá de hacerte el amor.
Si te vas a quedar, decidite.
Me tildás de infiel. Es verdad, yo no le soy fiel al que tengo al lado. Le soy fiel a lo que siento. Sí, ayer fui infiel y nos escondimos juntos. Hoy le soy fiel a algo que no existe.
Y sabés que es lo peor? Ni siquiera sé si quiero que te quedes. Yo también soy un corazón roto. Y la noche me lo cura.