Ajá, bien Mili. Vos sí que sabés manejar las cosas. Jaja, estúpida.

Rebuscada tu respuesta, tanto como tu cabeza.
Tenías que ser mujer.

Hoy no me soporto.

Hoy no sería mi amiga.

Te tenía abandonado corazón ♥

Volví a hacer lo mismo. Si ya conozco al escritor y sé que las películas me hacen llorar... para qué las miro sabiendo que te extraño tanto?
Buenísimo. Me voy a dormir con los ojos super hinchados, con una angustia poco copada
y re lejos tuyo.
Esto sí que es un buen viernes por la noche. Yo me lo busqué


La puta madre.

Jamás pensé que podía sentir esto. Menos mal que no puedo mandarte a la mismísima concha de la lora en este momento. Ya lo hubiese hecho.

Algunos días tengo esos arranques de -no sé qué- que ni yo soporto. Esos arrebatos que hacen que me arrepienta por días, semanas, meses. Cosas que no me perdono. Que por falta de experiencias, por inseguridad, terminan arruinando algo tan lindo.

Hoy era un día de esos perfectos. Despertarme y que me digas 'vení a abrirme la puerta que hace calor'. Verte después de 4 días. Realmente hermoso. Tenerte conmigo es lo mejor que me puede pasar. Y veníamos bien. No me costaba casi nada decirte las cosas a vos, en la cara (aunque siempre por escrito es más fácil). No sé que pasó hoy. Esa impotencia porque las palabras no salen. Me moría por decirte lo que tanto te costó sacarme. Mi obsesión por lo perfecto me volvió a jugar una mala pasada. Por intentar que todo sea como vos querés, como a vos te gusta. Sin darme cuenta que si sigo haciendo las cosas a mi manera, van a gustarte. Porque me aceptás, porque me respetás, porque me valorás.

Y volví a llorar con esas cinco letras que me llenan el alma. Y ya estoy en mi casa rogando que sea mañana para volver a verte. Para volver a amarte. Y vamos de a poco (o de a mucho), pero vamos. Nos me sueltes nunca más mi amor. Y cuando me empaco, ayudame a seguir. Ayudame a hablar. Vos sos el único capaz de lograr ciertas cosas en mí. Te voy a estar siempre agradecida.

Y esta vez no lo voy a escribir. Sabés perfectamente.

No es una herida, es un hueco de amor.

Como les gusta remarcar mis errores. Hacerme sentir inferior, estúpida. Que si estoy mucho tiempo, me vuelvo completamente insoportable. Si estoy poco, los dejo de lado. Si abrí la ventana y no la cerré soy demasiado desconsiderada. Ni hablar si directamente no la abrí. Si te invito venís por compromiso. Si no lo hago, soy una falsa mala persona. ¿Alguien me explica como funciona esto? Parece ser que me equivoco yo sola. Que nadie hace las cosas tan mal como yo. No importa.

Voy a intentar no estar. Y de ese modo, voy a dejar de esforzarme por hacer todo, para que una vez en tu vida me trates como algún día pensé que me merecía. Vos sos casi perfecto. Yo soy la más mierda. Sí, eso hiciste sentir. Y lo peor es que creía que en el fondo, pero muy en el fondo, me tenías un poquito de aprecio. Que triste desilusión.

Ya te extraño.
El resto, está todo dicho.

- Decime algo.

-Si tengo que decir algo, te mando a la concha de tu madre.

Silencio.