La tristeza siempre fue un impulso para escribir. Estando triste las palabras salieron de mí de una forma más clara y sencilla. Hoy por supuesto que nada tiene sentido y las palabras salen como pueden. Hacía demasiado tiempo que no sentía esta felicidad inmensa. Este llanto de alegría que aparece en cualquier momento y lugar sin previo aviso. En el colectivo, en el trabajo, en el baño, por la peatonal. No importa nada. Solamente me nace esa necesidad de sacar afuera todos los nervios, el dolor, la tristeza y la indignación que alguna vez sentí. Sé que vos, mi amor, siempre fuiste un gran motor en mi vida. Cuando no tuve nada, estuviste. Cuando me sentí perdida, me encontré en vos. El que me hizo sentir el dolor más grande que sentí hasta el momento en mi vida... y hoy me da la oportunidad de estar así. Eufórica, alucinada, hechizada... FELIZ!
Gracias Central! Gracias por enseñarme cómo levantarme. Por demostrarme que el amor realmente existe. Por enseñarme a ser incondicional. Perdón por haberte fallado las pocas veces que lo hice. Después de la vida, voy a amarte más todavía.
Bienvenido otra vez a donde te merecés.
NO ES MÁS FUERTE EL QUE NUNCA CAE, SINO EL QUE SIEMPRE SE LEVANTA!
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