lunes, 31 de agosto de 2009

No puedo comprender y me cuesta creer
que tú mi amiga; tú, ibas a enloquecer.
Sabías que lo amaba, que él era mi locura.
Que él era mío, mío, mío, sólo mío.
Trampa, tú me hiciste trampa.
Y yo creía que eras tú mi amiga del alma;
quemé mis manos por ti, ahora me toca sufrir.
Sin darme cuenta caí en tu maldita trampa.
Amiga traidora, tú no ríes, tú no lloras.
Desgarraste ya mi alma, eres fría,
silenciosa, calculadora.
Amiga traidora, no hace falta que tú
ahora quieras explicar lo inexplicable de este amor.
Ya está hecho el daño.
Amiga Traidora.
Angela

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