martes, 25 de agosto de 2009

Chu

Creo que nunca logré sentir este amor hermoso y puro que siento por vos. Sos esa cosita que me hace sentir tan bien. Me quedo sin palabras. Ya lo dije muchas veces. Lo que me pidas, siempre va a ser una orden. Aunque seas el enano más maldito del mundo. Sos el que mejor me hace. Esas confesiones tuyas como 'Estoy nervioso, es que tengo un problema: la seño me retó'. Tenés dos años y medio chu. No podés ser más inteligente (aunque con nuestras cabezotas, no se podía esperar otra cosa).
Pensar que voy a ser la tía vieja de tus hijos. La que tenga olor a polvo base de avón, los labios mal pintados, y una casa con olor a vieja. Pero bueno. Me lo aguanto.
No podría estar lejos tuyo chiquitito. Porque me das toda la paz que necesito. Porque me hacés la más feliz solamente con reirte. Cuando me das besos, me abrazas o dejás de jugar para decirme que me querés hasta el cielo, te comería a besos. Todas las veces que me decís que me quede a dormir, que vos me prestas tu camita. Todas, pero todas las veces que hablas por teléfono conmigo. Cuando te quejas porque hace mucho que no te traen a casa. Cuando lloras porque no querés irte. Cuando te escondes y gritas 'te encontré'. Cuando decís 'dejame papá, quiero jugar con mi hermana'. Nunca nadie va a entenderlo. Sos muy chiquito. Pero el más inteligente. No me quedan dudas.
Te amo memelcito. Gracias por hacerme tan, pero tan, feliz.

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