jueves, 16 de mayo de 2013

Porque alguna vez ella creyó tener su sol y éste se fue en busca de otro amor. Y su alma, lejos de parecer hielo, ante la falta de esa luz pensó: "¿Por qué habría de angustiarme tras su ausencia? Si aquel sol, como yo, se formó de nuestro amor". Cerró la puerta con suma prudencia y espera otra estrella para fundir de a dos. 
Hay que saber ser flor mientras vuelan guadañazos. Ser princesa sin un rey que te estreche entre sus brazos. Saber ser un ángel en un infierno permanente. 

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