Porque alguna vez ella creyó tener su sol y éste se fue en busca de otro amor. Y su alma, lejos de parecer hielo, ante la falta de esa luz pensó: "¿Por qué habría de angustiarme tras su ausencia? Si aquel sol, como yo, se formó de nuestro amor". Cerró la puerta con suma prudencia y espera otra estrella para fundir de a dos.
Hay que saber ser flor mientras vuelan guadañazos. Ser princesa sin un rey que te estreche entre sus brazos. Saber ser un ángel en un infierno permanente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario